Boletín #30 | Abril 4, 2019

Como dice el dicho, "si quieres que algo se haga en tu trabajo, dáselo al empleado más ocupado". Esto realmente parece cierto: personalmente, siento que puedo hacer más cosas en los días en que estoy más ocupado, y cuando lo pienso, la mayoría de las personas más ocupadas con las que he trabajado son también las más efectivas.

Es una realidad que cuando estamos más ocupados tenemos un mayor sentido de urgencia sobre lo que estamos haciendo, y eso nos motiva a ser más eficaces y eficientes con nuestro tiempo.
Este mundo está cambiando rápidamente, dicen que la cantidad de conocimiento se duplica cada 18 meses, y de alguna forma como escuela, debemos buscar maneras de preparar a nuestros alumnos para afrontar esto y aprender a adaptarse a un futuro desconocido.

Los programas de IB en nuestra escuela, (ahora en todos los grados) brindan a nuestros alumnos habilidades para enfrentar los desafíos de esta vida. Tanto aquí en la escuela, como en el hogar, necesitamos desarrollar buenos hábitos de vida para saber cuándo actuar con urgencia, tener la capacidad de actuar con decisión, y reconocer cuándo debemos retroceder para pensar antes de actuar, también debemos tener un momento para recapacitar, considerar a los demás y en las consecuencias de nuestras acciones.

Independientemente de lo que todos queramos lograr, ya sea en lo académico, deportes, música u otras aficiones, quienes se distinguen del resto de los demás son los que mantienen un sentido de urgencia para llegar a ser los mejores. Eligen no abandonar sus metas y objetivos o lo que pretenden conseguir, y lo persiguen hasta lograrlo, porque su sentido de urgencia es una parte integral de ellos.

 

La urgencia es en realidad el mejor protector del tiempo. Con un sentido de urgencia, cada segundo se vuelve valioso para los alumnos. El perder el tiempo, estar platicando con compañeros de clase y esperando que hacer, pudieran parecer como “momentos de relajación", pero en realidad, esto no los ayudan a prepararse para este mundo. Las actividades en el hogar y el ritmo de aprendizaje en la escuela ayudan a nuestros niños a aprender a respetar y hacer más efectivo el uso del tiempo. Los trabajos en clase deben ser significativos e interesantes, se pueden planificar actividades en el hogar que incluyan el hacer tareas, quehaceres y también tiempo libre para descanso. Es a través de estos consejos y procesos que podemos involucrar a nuestros alumnos de manera más efectiva, y ayudarlos a aprender a tener éxito en su vida como adultos.

En la escuela trabajamos para hacer más efectivo y productivo el tiempo disponible para los alumnos. Esto puede significar la reducción en la cantidad de contenido académico que se debe aprender, pero esto no significa reducir la calidad del aprendizaje. Nuestro objetivo es mantener a los alumnos ocupados, hacer uso de su tiempo de manera más efectiva e involucrarlos en un aprendizaje productivo con una comprensión más profunda de los temas y cómo estos se pueden aplicar en la vida. Cuando los alumnos obtienen una mejor comprensión de sus clases y trabajan a un ritmo que no es demasiado estresante pero donde el tiempo se considera valioso y hay un sentido de urgencia, podemos prepararlos mejor para tener éxito en su vida. Nada de lo anterior es fácil y estamos al tanto del desafío que esto implica, gran parte de esto requiere de una reflexión cuidadosa de nuestras prácticas de enseñanza y contenido curricular. Nos entusiasma el poder seguir avanzando en nuestro “viaje para lograr lo extraordinario”( Our Journey to Achieve the Extraordinary) a medida que la importancia de los programas IB se incremente y se integre en todo lo que hacemos aquí en la escuela.

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